Antamina ejecutó el proyecto de reducción de huella hídrica y el proyecto de valor compartido para mejorar la gestión del agua en sus zonas de influencia
El Certificado Azul es otorgado por la Autoridad Nacional del Agua (ANA) en reconocimiento a las empresas que gestionan en forma eficiente los recursos hídricos
Compañía Minera Antamina ha alcanzado un hito más en su compromiso con el desarrollo sostenible y la gestión responsable de los recursos naturales. La compañía ha recibido el Certificado Azul, otorgado por la Autoridad Nacional del Agua (ANA) a aquellas empresas que demuestran una gestión responsable del agua, y que culminan exitosamente sus compromisos en torno a la reducción de huella hídrica y el valor compartido.
Dentro de los compromisos asumidos, Antamina ha realizado la instalación de flujómetros y válvulas reguladoras de presión en la red de agua potable del campamento minero. Este proyecto ha permitido mejorar el control y monitoreo para reducir las fugas de agua, buscando una gestión más eficiente de este recurso vital y lográndose una reducción del uso de agua del 11.5%.
Otro de los compromisos ejecutados fue el fortalecimiento de las organizaciones de regantes y juntas administradoras de servicios de saneamiento en las localidades de Cajacay, Mayorarca, Raquia, Santa Rosa, Sequespampa y Yumpe del Valle. Este proyecto logró capacitar a 390 varones y 136 mujeres de las comunidades mediante programas modulares en gestión del agua disponible para riego y de los servicios de saneamiento básico del que disponen
Erika Calmell, Gerente de Planificación Ambiental de Antamina, destacó la importancia de esta certificación en el marco de la visión de desarrollo sostenible de la empresa: “Ser una empresa hídricamente responsable es clave en nuestra visión de desarrollo sostenible y parte fundamental de la gestión ambiental. El Certificado Azul es la forma de evidenciar este comportamiento responsable que Antamina ha tenido desde el inicio de sus operaciones”.
Asimismo, invitó a todos los trabajadores y colaboradores de la empresa a ser agentes activos en la preservación del agua, tanto en el ámbito laboral como en sus hogares, promoviendo una cultura de responsabilidad ambiental.