El dominio de las cadenas de suministro representa una diferencia competitiva clave para el adecuado desempeño de la operación de cualquier compañía.
En el Perú, muchas empresas enfrentan un desafío crítico: la falta de información completa y confiable sobre cada etapa y jugador de su cadena de valor. A pesar de representar de forma directa entre el 50% y el 80% de los costos de una empresa — según cifras de CIAL Dun & Bradstreet—, hoy son pocas las grandes empresas peruanas que tienen visibilidad total sobre su cadena de valor, incluyendo a aquellos proveedores que no trabajan directamente con la organización. Un estudio conjunto, que incluye el “Estado de la Cadena de Suministro” del MIT a nivel internacional, un análisis de Forrester Consulting solicitado por Dun & Bradstreet, y una encuesta a 1,000 profesionales de adquisiciones en Estados Unidos y el Reino Unido, revela que el 87% de las empresas carecen de una visibilidad completa sobre los riesgos subyacentes en su cadena de suministro.
La falta de trazabilidad de toda la cadena limita la capacidad de las organizaciones para anticipar riesgos, comprometiendo la agilidad con la que puedan reaccionar frente a externalidades negativas; adicionalmente, genera ineficiencias logísticas y económicas que pueden impactar severamente sus operaciones y competitividad, al estar expuestos a paralizaciones, demoras y quiebres en la cadena originados por proveedores con quienes no tienen trato directo.
“Es muy común que los problemas en la cadena de valor de la gran empresa surjan no por sus proveedores directos, sino por aquellos con quienes no se tiene una relación directa. Es lo que conocemos como el “Nivel N”, entidades menores que están varios niveles por debajo en la cadena de valor que fungen como proveedores de los proveedores, y sobre quienes se sabe poco. En base a la teoría del caos, se puede dar un “efecto mariposa”: un cambio pequeño varios niveles por debajo de la gran empresa puede generar un desencadenamiento de colapsos, comprometiendo la sostenibilidad del negocio.”, afirma Sebastián Hasenauer, Country Manager de la Región Andina de CIAL Dun & Bradstreet.
La centralización de los datos en Lima, los altos niveles de informalidad del mercado local y la misma idiosincrasia de la empresa peruana elevan el riesgo de la falta de trazabilidad en la cadena de valor. “Muchas empresas están acostumbradas a trabajar por familiaridad con sus proveedores, sin recabar más información sobre ellos ni hacer un análisis sobre su idoneidad”, agrega Hasenauer.
Analítica avanzada: tecnología al servicio de la gestión de riesgos
Conocer y monitorear cada paso de la cadena de valor no solo es una ventaja competitiva: es una necesidad empresarial en un mundo cada vez más interconectado. La trazabilidad permite a las empresas identificar riesgos en tiempo real, problemas con proveedores secundarios o incluso situaciones de fraude. Para ello, la analítica avanzada juega un rol fundamental en cuatro aspectos fundamentales:
- Visibilidad de la cadena: al ser capaces de procesar grandes volúmenes de datos, estas herramientas permiten un análisis detallado de cada etapa de la cadena de valor. Las empresas acceden así a herramientas financieras para calcular ratios, riesgos y capacidad de cada proveedor dentro de la cadena, así como herramientas tecnológicas que facilitan el consumo y análisis de datos para tomar mejores decisiones.
- Objetividad para la toma de decisiones: en línea con lo anterior, la analítica avanzada facilita tomar decisiones más rápidas y asertivas basadas en datos estructurados. Ello permite que haya una mayor transparencia, al reducir la toma de decisiones basadas en la intuición o la familiaridad, y le da un mayor peso a factores cuantificables vinculados a la capacidad financiera, logística y comercial de los proveedores con quienes se opera.
- Optimización de la gestión de costos: una herramienta de procesamiento de datos a gran escala permite detectar oportunidades de optimización de costos a través de la implementación de nuevas tecnologías. Al ser la cadena de valor el principal centro de costos de una organización, este elemento toma especial importancia conforme la cadena de la organización se va haciendo más extensa.
- Predictibilidad en la gestión de riesgos: el uso de datos permite desarrollar modelos predictivos para toda la cadena de valor que minimicen en la medida de lo posible los errores y generen respuestas rápidas frente a potenciales imprevistos. “Es más común de lo que parece que grandes organizaciones tengan una muy alta dependencia de un solo proveedor y, al fallar dicho proveedor, entren en crisis. Tener una visibilidad absoluta de tu cadena de valor limita ese y otros tipos de riesgos, y asegura la sostenibilidad de la empresa en el tiempo”, añade Hasenauer.
En un mercado tan desafiante como el peruano, la capacidad de adelantarse a los problemas y tomar decisiones respaldadas por datos puede marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso. Apostar por la visibilidad y trazabilidad de la cadena de valor no solo es una opción, sino una estrategia indispensable para garantizar la protección del valor de las empresas y su crecimiento a futuro.