La empresa peruana cuenta con una línea sostenible en la elaboración de terrazos y mosaicos empastados con un enfoque innovador y responsable con el ambiente.
La sostenibilidad y el cuidado del ambiente son prioritarios en el mundo empresarial actual. Según un reciente informe de las Naciones Unidas, las emisiones de CO2 en la construcción aumentaron un 5% en comparación con 2020 y un 2% por encima del nivel prepandémico de 2019, alcanzando cifras preocupantes a nivel mundial.
En este contexto, Casa Rosselló cuenta con una línea de acabados sostenibles en la producción de terrazos y mosaicos empastados que pueden ser utilizados para pavimento y revestimiento, bajo el concepto de economía circular. Su objetivo es ofrecer productos de alta calidad y durabilidad, con un enfoque innovador y responsable con el ambiente.
“Tenemos diversas estrategias para maximizar el uso de recursos y reducir el impacto ambiental en el proceso de elaboración de nuestros acabados”, resalta María Luisa Rosselló, gerente de marketing de la empresa peruana.
El proceso de producción de terrazos y mosaicos empastados se basa en los siguientes principios de economía circular:
- Reutilización de materiales: Se reutilizan terrazos con características especiales y se optimizan los recursos mediante el uso de productos acorde a los parámetros de calidad para generar agregados (merma triturada). Esta práctica permite fabricar mosaicos empastados sin comprometer su calidad.
- Ausencia de emisiones contaminantes: A diferencia de la producción convencional, el proceso de elaboración de terrazos y mosaicos empastados no utiliza hornos ni secadores, lo que evita la emisión de gases y vapores contaminantes.
“Además, se toman medidas adicionales durante el proceso de elaboración para reducir el impacto ambiental y promover la economía circular, como la reutilización del agua de los procesos de fraguado y la optimización de la resistencia de los productos en condiciones normales”, agrega María Luisa Rosselló.
Para el proceso de elaboración de estos terrazos se requieren tres días desde que se trabaja la materia prima hasta tener el producto final, mientras que para el caso de los mosaicos el proceso de producción es de siete días hasta llegar al mosaico empastado (en el caso de los porcelanatos, se necesitan 12 horas hasta llegar al producto final).
Estos revestimientos sostenibles no solo benefician al ambiente, sino también a los usuarios finales. “Ofrecen personalización en color, diseño y dimensiones, con una resistencia excepcional y una durabilidad al alto tránsito. Además, son fáciles de mantener y contribuyen a una compra consciente y sostenible”, detalla María Luisa Rosselló.
Los terrazos y mosaicos empastados tienen una duración de 50 años o más, y el mantenimiento es simple, pero es importante usar productos de limpieza neutros para mantenerse en óptimas condiciones. Asimismo, la empresa desarrolla planchas y tableros de terrazo bajo el concepto de economía circular, para adaptarse a las necesidades y creatividad de sus clientes.
Casa Rosselló también se destaca por su compromiso con la sostenibilidad en otros productos, como porcelanatos y pepelmas elaborados con material reciclado y el uso racional del agua. Estos productos no utilizan combustibles fósiles y parte de la energía que utilizan es renovable. Además, ofrecen electrodomésticos inteligentes de la marca Teka como cocinas que promueven el ahorro de energía y griferías eco amigables que controlan el flujo de agua.
Con estas iniciativas, Casa Rosselló impulsa la economía circular en la industria de los revestimientos, ofreciendo opciones sostenibles y responsables con el ambiente.