El legado polémico de Fujimori: entre la salvación del Estado y el autoritarismo

Fallece Alberto Fujimori: un repaso a su vida, gobierno y controversias

Después del primer gobierno de Alan García y a principios de los años 90, Perú se encontraba al borde del colapso. El país enfrentaba una de las peores crisis de su historia, tanto en lo económico como en lo social y político. Sendero Luminoso, una organización terrorista de corte maoísta, había tomado el control de una porción significativa del territorio nacional, imponiendo su poder mediante la violencia extrema. A su vez, la economía peruana estaba devastada, afectada por una hiperinflación que erosionaba el poder adquisitivo de la población, y por una crisis fiscal que parecía no tener fin. En este contexto, muchos analistas internacionales especulaban sobre la posible fragmentación del país.

La llegada de Alberto Fujimori al poder en 1990 marcó un punto de inflexión. Si bien su gobierno estuvo plagado de controversias, como el autogolpe de 1992 y numerosas violaciones a los derechos humanos, es innegable que logró evitar el colapso total del Estado peruano. Fujimori implementó una serie de medidas económicas y estrategias contrasubversivas que, aunque impopulares en algunos sectores, resultaron efectivas para estabilizar el país.

La alianza entre el campesinado y las fuerzas armadas, materializada en los comités de autodefensa, fue una de las decisiones más audaces de su mandato. Estos grupos, equipados de manera rudimentaria, jugaron un papel crucial en la recuperación de las áreas rurales bajo el control del terrorismo. A pesar de que las violaciones de derechos humanos por parte de las fuerzas militares fueron un último que empañó la reputación del gobierno, los resultados en el combate contra Sendero Luminoso fueron contundentes. La captura de Abimael Guzmán, líder de la organización criminal, fue un golpe decisivo que debilitó profundamente al grupo terror.

En el ámbito económico, Fujimori, junto a sus ministros, llevó a cabo reformas estructurales que estabilizaron la economía. Las de ajuste fiscal, la liberalización del comercio exterior y la promoción de la inversión privada permitieron que el Perú saliera del estado de hiperinflación y medidas de pobreza extrema. Estas reformas transformaron al país, posicionándolo como una economía emergente en América Latina, aunque a un alto costo social debido a la severidad del ajuste.

Sin embargo, es importante destacar que los logros de Fujimori no pueden ser analizados sin considerar sus aspectos más oscuros. El golpe de Estado que perpetró en 1992, suspendiendo la Constitución, es una mancha que nunca se borrará de su legado. Su estilo de gobierno autoritario y los intentos de perpetuarse en el poder también minaron la confianza en las instituciones democráticas.

En conclusión, el gobierno de Fujimori salvó al Perú de una fragmentación territorial y de una crisis económica de proporciones catastróficas. No obstante, su mandato dejó una herencia mixta: por un lado, la pacificación del país y el crecimiento económico; por otro, el debilitamiento institucional y las graves violaciones a los derechos humanos. El equilibrio de su legado es complejo, y aunque su impacto en la historia reciente de Perú es innegable, las lecciones que dejaron su paso por el poder aún resuenan en la política actual del país.

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