Para marzo, la recuperación de la actividad económica habría continuado siendo liderada por el mayor dinamismo de los sectores primarios, proveniente especialmente de la actividad minera.
La economía peruana registró una caída anual de 0.6% en febrero, luego de haber retrocedido 1.1% en enero y anotando así su segundo mes consecutivo en terreno negativo. Este resultado se dio pese a la menor intensidad de bloqueos de carreteras y conflictos sociales registrados en dicho periodo.
La menor caída de la actividad económica estuvo explicada, principalmente, por la recuperación de la producción en los sectores primarios, cuyo crecimiento se aceleró a 3.5%, luego de un débil avance de 1.2% en el primer mes de 2023.
Esta mejora obedece al mayor dinamismo de la actividad minera, que registró un incremento anual de 2.5%, luego de una contracción de 3.6% en enero, impulsada por los volúmenes adicionales que viene aportando Quellaveco a la producción de cobre. Ello fue complementado por la expansión de doble dígito de la manufactura primaria (24.5%), lo cual permitió compensar la caída de los rubros agropecuario (-1.1%) e hidrocarburos (-11.5%).
Por su parte, los sectores no primarios mostraron un retroceso anual de 1.4%, lo cual reflejó en mayor medida la caída de 9.0% en los rubros vinculados a la inversión, que acumulan tres meses seguidos de crecimiento negativo.
El declive de estos sectores fue parcialmente atenuado por la gradual recuperación de las actividades vinculadas al consumo, como comercio y servicios, la cuales crecieron 0.6% en febrero, luego de una caída de 0.1% en el mes previo.
Para marzo, la recuperación de la actividad económica habría continuado siendo liderada por el mayor dinamismo de los sectores primarios, proveniente especialmente de la actividad minera. La demanda de electricidad minera registró un aumento anual de 8.5% en marzo, luego de un avance casi nulo en los dos meses previos (0.5%). Este mejor desempeño permitiría atenuar los efectos de las condiciones climáticas adversas sobre el gasto de consumo e inversión que se viene registrando, especialmente, en la zona norte del país.
De esta manera, en un escenario de menor conflictividad y riesgos climáticos moderados, desde el Instituto Peruano de Economía (IPE) anticipamos que el crecimiento de la economía se aceleraría a 2.2% durante el segundo trimestre del 2023.
La minería jugará un rol fundamental en este resultado debido a la mayor producción de cobre proveniente de nuevas minas, como Quellaveco, y de yacimientos que estuvieron paralizados por conflictos entre abril y junio del año pasado, como Las Bambas y Cuajone.