Cartera de ahorros administrada por las AFP retrocederá a niveles de hace 13 años
El Gobierno publicó este jueves 18 de abril el proyecto de ley que autoriza un sétimo retiro de los fondos de pensiones ascendente a S/20.600, equivalentes a 4 UIT.
Se trata de una iniciativa cuya aprobación ha tenido la opinión técnica negativa de diversas instituciones, entre ellas las del Instituto Peruano de Economía (IPE) por su impacto en los fondos de los aportantes y sus pensiones.
En este contexto, la Superintendencia de Banca, Seguros y Administradoras Privadas de Fondos de Pensiones (SBS) estima que, con este retiro, a las 2.1 millones de personas que no cuentan con saldos en sus cuentas de pensiones se le sumarán al menos 5.3 millones que tienen menos de 1 UIT. A estos, faltaría agregar 800 mil afiliados con mayores saldos en sus fondos que también efectuarían retiros. Con ello, se estima que 9 de cada 10 afiliados se quedarán sin fondos para cubrir su pensión en la vejez.
Con el nuevo retiro, la cartera de ahorros administrada por las AFP retrocederá a niveles de hace 13 años, indicó la SBS.
Actualidad del sistema de pensiones
Debido a la alta informalidad laboral, en el Perú, los trabajadores solo aportan durante el 36% de su trayectoria laboral, indica un estudio de Cepal. Esta situación, sumada a los salarios bajos, genera que la pensión promedio de un afiliado a una AFP equivalga a solo el 39% de su salario, por debajo del promedio de América Latina (67%) y de lo recomendado por la OCDE (70%).
Otro detalle del sistema actual de pensiones es que ha perdido su carácter previsional. Con el retiro del 95.5%, el del 25% para vivienda y luego con la aprobación masiva de retiros, se registra que solo 1% de los afiliados opta por el pago de una pensión mensual. De acuerdo con una encuesta de la SBS, el 39% espera recibir apoyo de hijos y familiares para su vejez y el Estado.
Desde el IPE se considera que se viene debatiendo varios años una reforma de pensiones, necesaria y urgente, cuyo retraso en implementarse ha permitido que iniciativas populistas debiliten el sistema. Así, lejos de fortalecer el sistema de pensiones en favor de un sistema más inclusivo y que brinde mayor bienestar a los afiliados, pronto tal vez no haya un sistema qué reformar. El Ejecutivo y el Congreso tienen la enorme oportunidad de liderar los consensos necesarios para aprobar una reforma en el corto plazo, que involucra un alto costo fiscal, pero que más costosa resultará no hacerla.