Venezuela: estrategias realistas para la recuperación democrática

La crisis política en Venezuela ha alcanzado niveles alarmantes, evidenciando la necesidad urgente de un enfoque realista para abordar la situación. El reciente fraude electoral ha dejado claro ante los ojos del mundo que el régimen chavista-madurista sigue aferrado al poder, ignorando las demandas de un pueblo que clama por democracia y libertad.

Desde esta columna, sostengo con firmeza que el dictador venezolano no abandonará el poder de manera pacífica. Las posturas románticas que proclamaban el fin del chavismo-madurismo subestimaron la realidad de un régimen que, durante 25 años, ha consolidado su control a través de medidas represivas y manipulaciones electorales descaradas.

Los hechos incontrovertibles que han acompañado el último proceso electoral son una prueba irrefutable del fraude: la suspensión de las negociaciones en Barbados, la inhabilitación de la candidata opositora María Corina Machado, y las amenazas de violencia por parte del régimen en caso de derrota, entre otros actos antidemocráticos. Estas acciones demuestran que la oposición venezolana nunca tuvo una oportunidad real de competir en igualdad de condiciones.

Frente a este panorama desolador, es imperativo reconocer algunas verdades fundamentales:

  1. Maduro no dejará el poder voluntariamente: La influencia de Fidel Castro y la constante vigilancia de la inteligencia cubana en Caracas refuerzan la determinación del régimen de mantenerse en el poder a toda costa. La cúpula militar, cómplice de los crímenes del régimen, tampoco está dispuesta a enfrentar las consecuencias de una transición democrática.
  2. El fin de las negociaciones diplomáticas: Las múltiples rondas de diálogo han sido utilizadas por la dictadura para ganar tiempo y legitimar su poder. Esta estrategia ha demostrado ser ineficaz, y es hora de buscar alternativas más contundentes.

Para avanzar hacia la restauración de la democracia en Venezuela, se deben proponer las siguientes medidas:

  1. Organización interna y apoyo internacional: Los venezolanos deben unirse y coordinar esfuerzos desde el interior del país. Un trabajo de inteligencia eficaz, respaldado por el apoyo internacional, será crucial para derrocar al régimen.
  2. Bloqueo continental: Los países democráticos de la región deben implementar un bloqueo económico y diplomático para presionar al régimen y fortalecer las fuerzas opositoras internas.
  3. Condena y aislamiento diplomático: La OEA y los países del continente deben condenar enérgicamente los resultados fraudulentos y retirar sus embajadas acreditadas ante el régimen. Este aislamiento diplomático enviará un mensaje claro de rechazo a la dictadura sin afectar directamente a la población venezolana.

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Fotografía: Cortesía Reto País

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