Amazon y JD.com buscan posicionarse en el sector minorista de alimentos en Estados Unidos y China, respectivamente.
Según reporta el ‘Digital 2023: Global overview report’, elaborado por We Are Social y Meltwater, 4.11 mil millones de personas adquirieron bienes de consumo por Internet durante el 2022. Tan solo en enero de este año, el 57.6% de consumidores a nivel mundial compraron un producto o servicio online; y, el 28.3% lo hicieron en la categoría de comestibles. El continuo aumento en la compra de alimentos por canales digitales vendría generando un gran impacto en las cadenas de supermercados, que afrontarían una crisis financiera debido a una guerra de precios y a la inclusión de nuevas tecnologías.
“En Europa, las ventas de productos comestibles se está realizando sin la necesidad de que el cliente entre en una tienda. Los canales tradicionales están enfrentando serias dificultades financieras, ya que tienen altos costos operativos (personal, mantenimiento del edificio, energía, entre otros) y afrontan una guerra de precios con el canal digital, por lo que tienen que hacer promociones para atraer y retener clientes”, señala Willard Manrique, especialista en gestión comercial y profesor del PAD Escuela de Dirección.
Invertir en la modernización de los negocios mediante plataformas de comercio electrónico se vuelve la alternativa más viable en un contexto como este, donde el mayor competidor se encuentra en los gigantes en línea. En el Perú, esto ya viene sucediendo. De acuerdo con la Cámara de Comercio de Lima (CCL), 4 de cada 10 peruanos ya realizan compras online.
Multinacionales de logística desplazarían a los supermercados
Amazon y JD.com buscan posicionarse en el sector minorista de alimentos en Estados Unidos y China, respectivamente. Al permitir realizar compras por Internet de un modo rápido y seguro, gran parte de los usuarios de estos países han optado por adquirir comestibles en estas plataformas.
“La innovación tecnológica, aún incipiente y no generalizada, comienza a cambiar al comercio minorista. Con la compra de la cadena de supermercados Whole Foods Markets, Amazon comenzó a bajar los precios de productos como la palta, el plátano y el pollo; y, los consumidores solo podían acceder a estos descuentos si eran miembros de Amazon Prime, consiguiendo nuevos suscriptores. Además, creó su propia cadena de supermercados: Amazon Fresh, en la cual se han incorporado carritos inteligentes llamados Amazon Dash Carts, los cuales cuentan con funciones de Alexa para ayudar a gestionar las compras. También registran su trayectoria en la tienda”, indica Willard Manrique.
Así, Amazon puede obtener información de sus consumidores para predecir tendencias y hábitos de compra, haciendo más eficiente su servicio. En China, en los supermercados de JD.com los clientes pueden escanear los productos y añadirlos a la compra. Además, la compañía ha estudiado los hábitos de consumo y horarios de recogida en la tienda, lo que les ha permitido idear un método de entrega que consiste en un vehículo autónomo, equipado con sensores. Esto ha logrado reducir el número de repartidores y elevar la cantidad de pedidos.
Los comercios electrónicos se integran cada vez más al mundo físico por sus fortalezas logísticas. “Aunque la transformación tecnológica viene atravesando todas lás áreas de servicios; están generando más aportes y enriqueciendo la eficiencia en los procesos logísticos y operativos. La inversión tecnológica en distintos procesos tales como la distribución, la gestión de inventarios, el despacho y entregas multiplican valor en la gestión de este tipo de negocios; aportando más inteligencia logística al sector. Estas capacidades operativas se convertirán en una ventaja competitiva en la industria de venta de alimentos. Los formatos tradicionales enfrentan la disyuntiva de desarrollar estas competencias logísticas, que requieren gran inversión”, sostiene el especialista.