El agro peruano y la crisis alimentaria mundial

Por Jorge Lazo Zúñiga

Las consecuencias de la fallida Segunda Reforma Agraria, la aceptación del engaño y la miopía de los agricultores del Perú, analizadas desde el lado de la crisis alimentaria mundial y su efecto en América Latina y el Caribe.

  1. RIESGO DE CRISIS ALIMENTARIA EN EL MUNDO

La disminución del valor de nuestra moneda, al igual como sucede en casi todas las economías en desarrollo, ha incrementado el precio de los combustibles y de los alimentos (ver gráfico 1), profundizando la crisis alimentaria y energética que el mundo enfrenta en estos momentos, una crisis que deberemos afrontar, como mínimo, un par de años más. Lo contraproducente es que, de acuerdo al informe del Banco Mundial (BM) (Commodity Markets Outlook), del mes de octubre pasado, los precios de los productos básicos han disminuido, luego de alcanzar un pico máximo en el 2022, y ello debido a una inminente recesión mundial y la guerra Ucrania-Rusia.

A continuación, analizaremos tres aspectos fundamentales del problema de la crisis alimentaria:

  1. Energía

En el tema energético, el petróleo, que para las economías emergentes como el Perú, se incrementó en un 60%, el BM estima que para el 2023 disminuirá en un 11%. Sin embargo, su precio se situará en un promedio de USD 92 dólares, 75 % más elevado que el promedio de los últimos 5 años, que era de USD 60 dólares.

Gráfico 1. Precio de los commodities agrícolas, la energía y los metales en el mundo

Fuente: Bloomberg; Economía del Consenso; Departamento de Agricultura de los Estados Unidos; Banco Mundial.

Asimismo, se espera que el precio del gas natural de Estados Unidos, y el carbón de Australia, para el año 2024, dupliquen el precio promedio de los últimos 5 años, mientras que el gas europeo será cuatro veces más alto, poniendo en riesgo los objetivos con el cambio climático. Lo más preocupante por el incremento del precio de la energía, es que repercutiría en dos hechos principalmente: en el precio de los alimentos, razón por lo que se prolongaría la inseguridad alimentaria; y en la desaceleración del crecimiento mundial.

  1. Alimentos básicos

Para el caso del trigo, uno de los principales alimentos en el mundo, el aumento del precio en monedas locales, alcanzó un 90%. Por otro lado, el incremento del precio de los fertilizantes ha impulsado el precio de los alimentos. Por ejemplo, en América Latina y el Caribe; Norte de África y África subsahariana; Oriente Medio; Europa Oriental y Asia Central, los incrementos se situaron entre el 12 % y 15 %, sin embargo, los precios en Asia Meridional fueron de 20%. Gráfico 2.

Gráfico 2. Abastecimiento de granos en el mundo

Fuente: Bloomberg; Economía del Consenso; Departamento de Agricultura de los Estados Unidos; Banco Mundial.

Saavedra P. (2022) del Banco Mundial, ha afirmado que el precio de muchos productos básicos ya no está en sus valores máximos, pero siguen siendo altos en razón del promedio registrado en los últimos 5 años, por lo que la seguridad alimentaria de los países en desarrollo, como Perú, se prolongaría. En este caso, lo más inteligente seria implementar políticas públicas que incentiven la oferta de productos básicos, se faciliten la distribución de los alimentos y se respalde los ingresos reales.

Por otro lado, Baffes L. (2022) del BM, opina que la disminución de los precios agrícolas, está siendo perturbada por tres razones principales: la guerra de Ucrania-Rusia, donde la disminución en sus exportaciones interrumpiría el suministro mundial de cereales; el incremento del precio de la energía, que ejercerá presión en el incremento del precio de los cereales, aceites comestible; y por la  presencia del fenómeno de La Niña,  por tercer año consecutivo, que reduciría los rendimientos en cultivos clave en, África meridional y América del Sur.

  1. Fertilizantes

La reciente caída de los precios de los fertilizantes refleja una demanda débil, a medida que los agricultores redujeron las aplicaciones de fertilizantes en el campo, debido a problemas asociados con la asequibilidad y la disponibilidad; en el Perú, La consecuencia más inmediata es la disminución de la oferta de papa en el mercado local (algunos lo califican como especulación). Luego de un aumento esperado del 66 % en 2022, se prevé que el índice caiga un 12 % en el 2023, a medida que las interrupciones del suministro disminuyan gradualmente. Sin embargo, el riesgo para mantenerse con precios elevados es alto. Las razones (gráfico 3), principalmente son: Mayor costo de los insumos para su fabricación (energía); Reducción del suministro debido a la invasión rusa de Ucrania; sanciones adicionales a Bielorrusia y Rusia; y por último, a las restricciones a la exportación por parte de China.

Gráfico 3. Precios de fertilizantes, mensual

Fuente: Bloomberg; Economía del Consenso; Departamento de Agricultura de los Estados Unidos; Banco Mundial.

  • PERSPECTIVAS ECONÓMICAS DE PERÚ Y AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE
  • Acontecimientos recientes en la economía de América Latina y el Caribe

La guerra Rusia-Ucrania tiene efectos considerables en América Latina y el Caribe, aunadas a las condiciones mundiales de casi recesión y debilitamiento del crecimiento. Un primer efecto, en esta parte del continente, es el alza de los precios de los productos básicos, lo que favorece a los países exportadores, pero provoca el incremento del precio a los consumidores; la confianza se debilita, lo que provoca el incremento de las tasas de interés nacionales y mundiales (gráfico 4); y una inflación muy por encima de las metas de los bancos centrales, en muchos países de América Latina y el Caribe, dando como resultado una mayor presión financiera sobre los hogares.

En respuesta, las autoridades monetarias han subido significativamente las tasas de interés oficiales.

Gráfico 4. Tasa de interés del banco central

Fuente: World Bank. 2022. Global Economic Prospects, June 2022. Washington, DC: World Bank. doi: 10.1596/978-1-4648-1843-1. License: Creative Commons Attribution CC BY 3.0 IGO.

  • Perspectivas para América Latina y el Caribe y el Perú

Lo que está sucediendo, es que el crecimiento regional (PBI) se desacelere marcadamente hasta llegar al 2,5 % en 2022, luego de un repunte posterior a la pandemia del 6,7 % en 2021. El crecimiento se desacelerará aún más en 2023, a solo un 1,9 %, antes de repuntar ligeramente a un 2,4 % en 2024.

  • La desaceleración del crecimiento regional se reflejará en el endurecimiento de la situación financiera, el debilitamiento del crecimiento de la demanda externa, la rápida inflación y la gran incertidumbre en materia de políticas en algunos países, entre ellos el Perú.
  • Que el PBI per cápita de toda la región aumente solo un 0,6 % entre 2019 y 2023. Los precios de las principales exportaciones de América Latina y el Caribe serán sustancialmente más altos en el 2022, pero los beneficios para el crecimiento, se verán limitados por una respuesta lenta de la producción de algunos productos básicos y por el aumento de los costos de los insumos, incluidos la energía y los fertilizantes.
  • Las políticas fiscales y monetarias se basarán ampliamente en el crecimiento a corto plazo, mientras las autoridades monetarias restringen las políticas para combatir la inflación y continúa la retirada del apoyo fiscal relacionado con la pandemia.
  • A medida que las políticas monetarias más restrictivas, la alta inflación, la incertidumbre política y la desaceleración del crecimiento de EE.UU. tienen repercusiones en la economía mexicana. Argentina crecerá un 4,5 % en 2022, pero con la aceleración de la inflación, la estabilidad macroeconómica sigue siendo difícil de alcanzar.
  • En Perú, Chile y Colombia, el crecimiento se desacelerará bruscamente, a medida que la recuperación posterior a la pandemia dé lugar a un endurecimiento de las políticas monetarias.
  • En Perú, el aumento de la producción minera debería respaldar el crecimiento, pero la incertidumbre se hará sentir en la inversión, debido principalmente a la satanización de las mineras por parte del gobierno peruano, Las Bambas es el caso más ejemplar. 
  • Riesgos para la región

Los efectos indirectos en la región, debido a la atenuación del crecimiento mundial, será una mayor inseguridad alimentaria y malestar social, una inflación superior a la prevista y tensiones financieras constantes.

  • Un crecimiento más lento de lo esperado, en los principales socios comerciales de América Latina y el Caribe, debilitaría aún más las perspectivas regionales.
  • La escasez global de fertilizantes vinculada a la guerra de Ucrania, podría exacerbar el aumento de los precios de los alimentos, lo que provocaría malestar social.
  • La inflación podría permanecer muy por encima de las metas de los bancos centrales, por lo que sería necesario un endurecimiento, más rápido, de las políticas monetarias, lo que podría precipitar una desaceleración regional aún más pronunciada (gráfico 5).
  • Además, en un contexto de crecimiento lento y aumento de las tasas de interés en EEUU, la tensión financiera podría afianzarse en algunas economías de la región, especialmente si los encargados de formular políticas, no pueden comprometerse de manera creíble con las reformas para impulsar el crecimiento de manera sostenible.

Gráfico 5. Inflación en América Latina

Fuente: World Bank. 2022. Global Economic Prospects, June 2022. Washington, DC: World Bank. doi: 10.1596/978-1-4648-1843-1. License: Creative Commons Attribution CC BY 3.0 IGO.

ANÁLISIS MUNDIAL, AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE Y EL PERÚ, RESPECTO A LA SEGURIDAD ALIMENTARIA

En consecuencia, podemos concluir que el incremento del precio de la energía en el mundo, repercutirá en el precio de los alimentos y en la desaceleración del crecimiento mundial, dando como consecuencia una prolongada inseguridad alimentaria.

La disminución de los precios agrícolas en los principales comestibles básicos, se ve seriamente perturbada por la guerra de Ucrania-Rusia, que interrumpe el suministro mundial de cereales, el incremento de la energía, el mayor costo de los insumos (fertilizantes, por ejemplo), que se puede agravar con la presencia del fenómeno de La Niña en el hemisferio sur de nuestro continente, que reduciría los rendimientos en cultivos claves.

En América Latina y el Caribe, la confianza se debilita, lo que provoca el incremento de las tasas de interés nacionales. La inflación se ha incrementado muy por encima de las metas de los bancos centrales en muchos países, dando como resultado una mayor presión financiera sobre los hogares. Un crecimiento más lento de lo esperado, en los principales socios comerciales de América Latina y el Caribe, debilitaría aún más las perspectivas regionales.

En el Perú, el Estado peruano anunció, el primer día de su gobierno, la implementación de la Segunda Reforma Agraria. Se suponía que la implementación de políticas públicas de largo plazo permitiría el desarrollo agrícola nacional, sin embargo, solo se implementaron manotazos de ahogado de cortísimo plazo, sin ningún efecto palpable para nuestro país. Para muestra un botón, se sabía que el precio de los fertilizantes subiría desde el mes de julio del 2021, sin embargo, hasta el día de hoy, después de 4 ministros de agricultura y 10 viceministros, no se ha comprado ni un saco de urea (fuente nitrogenada), mientras una buena producción agrícola, solo se asegura con la utilización de por lo menos 5 tipos de fuentes de nutrición vegetal.

Como es de conocimiento de cualquier alumno de segundo año de Agronomía, la Ley de Liebig dice que: “el rendimiento de la cosecha está determinado por el elemento nutritivo que se encuentra en menor cantidad. Además, un exceso en cualquier otro nutriente, no puede compensar la deficiencia de un elemento nutritivo”. Y mientras tanto, el Estado ofrece con bombos y platillos una sola fuente de nutrición, y lo peor de todo, con el aval de agricultores que siguen pensando que la agricultura es una cuestión de secretos y no una ciencia; y de seudo-dirigentes alucinados y con pensamiento de que “recibir algo es mejor que nada” y que, como podemos deducir, “recibir algo” no soluciona el problema, solo lo agrava.  

AgroRural entrega en promedio 2 a 4 sacos de 50 kilos de guano de isla por agricultor, en términos de nutrición vegetal, alcanza para cubrir entre el 20 y 30 por ciento de las necesidades nutricionales de una hectárea de cultivo, en el mejor de los casos. Los agricultores aceptan la “ayuda”, los dirigentes se ufanan del logro y el Estado hace propaganda de “apoyo” a la agricultura peruana, cuando en la realidad solo se está depredando y malgastando nuestro guano de isla, que pasó de una explotación anual de 40 a 50 mil toneladas anuales, a 80 mil en el 2022. Todo para nada bueno.

Mientras los estados en América Latina y el Perú, no planifiquen políticas de largo plazo que solucionen los problemas de fondo de la agricultura, y que incluyan, la difusión del conocimiento, la implementación de la tecnología, el uso de herramientas de gerencia que ayuden a la buena toma de decisiones, todos ellos con el respaldo de una apropiada inversión y enmarcados dentro de la producción sostenible, solo seguiremos construyendo un agro incipiente y poco competitivo. Si realmente queremos cambiar nuestra realidad agrícola nacional, los agricultores y el Estado peruano, deben tener, como estrategia prioritaria de la producción agropecuaria nacional, la planificación de la misma, desde la demanda y no desde la oferta, como estamos acostumbrados a pensar.

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