Dicho monto equivale al 79% de las colocaciones a microempresas y de consumo de las Cajas Rurales.
El 22% de los créditos informales son “gota a gota” o tienen una frecuencia de pago diario.
El 49% de los prestatarios informales paga una tasa de interés compuesta anualizada mayor a 500%.
El 35% de los que tuvo algún problema para pagar recibió una amenaza o presión.
Luego de 10 años, el Instituto Peruano de Economía (IPE) presenta una nueva edición del estudio “El mercado de créditos informales en el Perú”. La investigación se basó en encuestas a 1,205 personas que tomaron créditos informales en cinco ciudades del país y representa una radiografía sobre una práctica bastante extendida en el Perú, pero de la cual se sabe muy poco.
Al menos 580 mil familias (8% de los hogares urbanos) recibieron un crédito informal de un prestamista o casa de empeño en el último año. El uso más extendido de estos préstamos se da en el oriente y entre los hogares de menos recursos.
El 40% de encuestados ya había recibido un préstamo informal con anterioridad. El financiamiento proveniente de prestamistas o casas de empeño parece ser una práctica común, especialmente entre comerciantes y hogares más vulnerables.
Los créditos informales se destinan, principalmente, al pago de deudas, inversión en negocios y cubrir necesidades básicas.
El monto promedio de un crédito informal es S/1,722. Conservadoramente, los préstamos informales mueven S/1,000 millones por año. Ello resulta equivalente al 79% de las colocaciones a microempresas y de consumo de todas las Cajas Rurales.
El 22% de los créditos informales son “gota a gota” o tienen una frecuencia de pago diaria (especialmente en Iquitos). Además, el 28% de préstamos tienen como plazo un mes a una sola cuota.
El 49% de los que tomaron un crédito informal paga una tasa de interés anualizada de 500% o más. A pesar del alto costo, casi la mitad de los encuestados considera que las condiciones de los préstamos son favorables o muy favorables para ellos. Para estas personas, el principal motivo por el que se opta por el mercado informal es la rapidez del trámite y la ausencia de requisito.
El 86% de las familias que recibieron un crédito informal en el último año ya lo devolvieron. Un 8% tuvo algún problema con la devolución (más de 40 mil familias urbanas), aunque más de la mitad de estos ya estaría al día.
El 35% de los que se retrasaron en el pago fue amenazado o presionado. Es posible que las amenazas sobre este grupo sean suficientes para inducir al cumplimiento de los plazos pactados al resto de prestatarios.
El 61% no solicitó un préstamo formal porque considera que exigen muchos requisitos. De requerir un nuevo préstamo, el 44% volvería a financiarse a través de un prestamista informal, mientras que el 36% optaría por un préstamo formal.
¿Cómo promover el crédito formal en el Perú? Evitar medidas “bienintencionadas” que perjudican a los consumidores. Por ejemplo, se deben eliminar los topes a las tasas de interés porque restringen el acceso al crédito formal. El 79% de los préstamos informales tiene una tasa superior al tope actual.
También urge facilitar el acceso a los servicios financieros formales y mejorar la confianza de la ciudadanía en estas instituciones, especialmente en los hogares de más vulnerables. Por último, es importante aprovechar nuevas herramientas, como las billeteras electrónicas, para promover el uso de servicios financieros formales.
Pueden ver la presentación del estudio en el siguiente enlace: https://fb.watch/kZOnlSsfTd/
Y pueden descargar los detalles del estudio en el siguiente link: https://bit.ly/43MEeUR