El Ministro de Comercio Exterior y Turismo, Luis Fernando Helguero, presentó hoy desde el puente de Q’eswachaka, la campaña “Llévame al Sur”, una importante iniciativa para promover el turismo interno y la economía regional en el sur del Perú. Junto a él estuvieron la Viceministra de Turismo, Madeleine Burns, y la Directora de Promoción de Turismo de Promperú, Claricia Tirado, para dar a conocer los detalles y las acciones que se están llevando a cabo desde el sector para fortalecer el desarrollo turístico en la región cusqueña.
Helguero resaltó que el compromiso del Gobierno nacional, a través de Mincetur y con la activa participación de Promperú, Plan Copesco Nacional, Cenfotur y el sector privado, es impulsar el turismo y lograr que las regiones del sur puedan potenciar su economía a través de esta importante actividad que no solo genera puestos de empleo, sino también bienestar para toda la cadena de valor del sector.
La campaña “Llévame al Sur” es ejecutada por Promperú para promover los viajes a las regiones de Apurímac, Ayacucho, Arequipa, Cusco, Madre de Dios, Moquegua, Puno y Tacna. La difusión se realiza a través de redes sociales y medios tradicionales y va hasta el 7 de mayo. Participan más de 50 empresas, quienes han presentado alrededor de 117 ofertas de viajes, entre paquetes y full days, con precios promocionales.
Durante el recorrido en Quehue, el Mincetur entregó un importante reconocimiento a la población local por el esfuerzo y compromiso de preservar el puente de Q’eswachaka, el cual formó parte de la representación de la exposición del Perú en el Expo Dubái 2020. El ministro Helguero destacó la labor del pueblo de Quehue por su incansable trabajo para mantener el puente de Q’eswachaka que simboliza nuestra unión como una gran nación. La viceministra Madeleine Burns señaló que este puente es un símbolo de esfuerzo y tradición que nos transporta al pasado y nos conecta con las civilizaciones milenarias de nuestro país.
El puente de Q’eswachaka es un importante legado inca que permanece vigente en la región de Cusco, a 3.700 m s. n. m., tras más de seis siglos. Se trata del último puente colgante inca, una espectacular obra de ingeniería de 30 metros de largo, hecha a base de paja y piedra, que se preserva hasta hoy y que en 2013 fue designada como Patrimonio Cultural Inmaterial por la Unesco.
Cada año, los pobladores de cuatro comunidades se reúnen para renovar el puente, dejando caer sus bases sobre el río. De inmediato, mujeres y niños recolectan el qoya-ichu o material de paja que será utilizado para la elaboración de las bases del nuevo puente.