Desde su puesta en marcha, el Proyecto Olmos se ha convertido en un pilar para el desarrollo económico de Lambayeque. Este megaproyecto de irrigación no solo transformó el desierto en más de 20,000 hectáreas de tierras fértiles, sino que también ha generado un impacto significativo en la reducción de la pobreza y el bienestar de miles de familias en la región norteña del Perú.
“El Proyecto Olmos es un ejemplo de cómo una inversión sostenible en infraestructura hídrica puede transformar comunidades. Desde su inicio, la pobreza en la zona de influencia del proyecto ha disminuido un 20 % anualmente, beneficiando a más de 65,000 trabajadores directos e indirectos”, indicó Milagros Torres, subdirectora académica de la Facultad de Negocios de Zegel.
La creación de empleo formal y sus implicancias
El Proyecto Olmos ha generado más de 65,000 empleos formales, beneficiando no solo a agricultores, sino también a profesionales de diversas áreas relacionadas con la agroindustria. La Concesionaria H2Olmos, mencionó que esta iniciativa no solo ha asegurado el acceso al agua para cultivos, sino que también ha creado un modelo de sostenibilidad que sigue impactando positivamente en la economía local.
“La formalización del empleo en una región históricamente afectada por la precariedad laboral es uno de los mayores logros de Olmos. Esto se traduce en mejoras en la calidad de vida, acceso a servicios y una mayor estabilidad económica”, resalta Torres.
A pesar de los logros alcanzados, el Proyecto Olmos enfrenta desafíos importantes, como la sostenibilidad del recurso hídrico. La sequía extrema de los últimos años ha puesto en alerta a los agricultores y empresarios de la región. La disponibilidad de agua proveniente del río Huancabamba ha caído a niveles críticos, siendo esta la sequía más severa en los últimos 60 años.
Proyecciones futuras y sostenibilidad
El futuro del Proyecto Olmos está vinculado a la implementación de estrategias que fortalezcan su sostenibilidad. Esto incluye la construcción de nuevas represas, la tecnificación del riego y el uso eficiente del agua. Además, se busca expandir la cantidad de hectáreas cultivadas, lo que permitirá seguir generando empleo y aumentando las exportaciones agrícolas.
“Cada inversión en tecnología y sostenibilidad es una apuesta por el futuro. La agricultura en Lambayeque tiene el potencial de convertirse en un modelo replicable para otras regiones del país, demostrando que el desarrollo económico y la sostenibilidad pueden ir de la mano”, concluye Torres.
El Proyecto Olmos, con su capacidad de transformar vidas y regiones, sigue siendo un ejemplo de cómo los grandes proyectos de infraestructura pueden cambiar el rumbo de las comunidades. Con un enfoque en la sostenibilidad y la innovación, su impacto podría extenderse más allá de las fronteras de Lambayeque, convirtiéndose en un referente para todo el país.
