De no contar con sistemas adecuados para la conducción de aguas, estas se acumularán en las zonas más bajas, generando todo tipo de riesgos.
La creciente frecuencia de eventos climáticos extremos, como lluvias intensas y tormentas, ha subrayado la necesidad de adoptar sistemas innovadores para la canalización de las aguas de lluvia. La gestión eficiente de los sistemas de drenaje pluvial se ha convertido en un importante desafío para garantizar la salud pública y la integridad de las infraestructuras, sobre todo en Perú, donde los sistemas han funcionado de manera mixta (mismos canales para saneamiento y agua pluvial).
En el área urbana, las superficies de concreto y pavimento han ido en aumento. Estas superficies no permeables, contribuyen al incremento de volúmenes de escorrentía -escurrimiento del agua de lluvia por la red de drenaje hasta alcanzar la red fluvial-, esto significa que, de no contar con sistemas adecuados para la conducción de las aguas, estas se acumularán en las zonas más bajas, generando un riesgo para la población, las viviendas, los comercios, las industrias y otras entidades público-privadas.
Las principales ciudades del Perú sólo contemplaban, en su gran mayoría, sistemas de saneamiento, por los cuales se canalizan estas aguas. Sin embargo, frente al incremento de las lluvias producidas por el cambio climático u otros eventos atmosféricos, estos sistemas se vuelven insuficientes para la conducción y, además, pueden convertirse en un peligro de contaminación entre el incremento de volúmenes de agua de lluvia y el drenaje sanitario. Esto obliga a separar las redes de drenaje sanitario y drenaje pluvial para contar con sistemas más eficientes y con mayor capacidad de la que tenían originalmente.
“La creación de sistemas para la conducción de aguas de lluvias es la solución para los problemas generados por la acumulación de escorrentía pluvial, la cual trae consigo focos de infección a la población y daño a la infraestructura pública y privada. Los avances que hemos logrado en investigación y desarrollo nos permiten contar con tuberías de grandes diámetros fabricadas en polietileno exterior corrugado con superficie interior lisa y un refuerzo interno de acero embebido 100% en polietileno, altamente resistente a procesos abrasivos y corrosivos y que garantizan una rigidez mínima equivalente a SN8, pudiendo soportar altas cargas. Además, son tuberías livianas, en comparación con otros materiales como el concreto o la fibra de vidrio, los cuales requieren equipos más costosos para su manipulación o izaje que incrementan los costos de implementación”, explicó Brenda Ayala, Regional Product Manager Stormwater de Nicoll by aliaxis.