Este domingo se llevará a cabo la votación para elegir al próximo presidente de Paraguay, sin embargo, el proceso ha sido afectado por las acusaciones de la participación del crimen organizado en la política.
Los paraguayos tendrán elecciones presidenciales este domingo, en un ambiente de incertidumbre debido a acusaciones de corrupción y presencia del crimen organizado. Los dos candidatos principales son Santiago Peña, economista del partido gubernamental Partido Colorado, y Efraín Alegre, abogado de una coalición de centro-izquierda. Aunque tienen posiciones opuestas en asuntos de política local y exterior, ambos rechazan la legalización del aborto. En cuanto a la relación con Taiwán, Alegre cuestiona su importancia y Peña la defiende.
Paraguay es uno de los pocos países que mantiene relaciones diplomáticas con Taiwán, pero después de la ruptura de Honduras en marzo, Alegre consideró que esto significaría la pérdida del mercado más grande, que es China.
Ambos candidatos están empatados técnicamente en las últimas encuestas. Peña, quien busca retener el poder para el Partido Colorado, se enfrenta a una coalición amplia que apoya a Alegre. Además, el Partido Colorado está dividido, y algunos de sus líderes más importantes han sido sancionados por corrupción por los Estados Unidos. Las elecciones son a una sola vuelta y el candidato con la mayoría de votos ganará.
Las elecciones también incluirán la elección de un nuevo parlamento y gobernadores. La conformación del Congreso determinará la gobernabilidad. El analista político Sebastián Acha cree que la mayor oposición que enfrentará Peña, si gana, será dentro de su propio partido.
La corrupción y el crimen organizado son acusaciones mutuas entre las dos corrientes del oficialismo. El próximo gobierno tendrá que lidiar con la pobreza y las desigualdades en un entorno económico global poco favorable. La economía paraguaya es impulsada por las exportaciones de productos agrícolas, y se prevé un crecimiento del PIB del 4,8% en 2023.