La agricultura familiar de subsistencia en el Perú, que involucra a más de 2 millones de pequeños productores con menos de 2 hectáreas de tierra, enfrenta una profunda crisis estructural que limita su viabilidad económica y su capacidad de contribuir al desarrollo rural sostenible. Esta forma de agricultura, mayoritariamente orientada al autoconsumo y caracterizada por bajos niveles de tecnificación, escaso acceso a mercados y fuerte arraigo en prácticas tradicionales, ha sido durante décadas el objeto de políticas de subsidio estatal. Sin embargo, los resultados han sido limitados y cuestionables en términos de impacto sostenible.
Según estudios de la FAO, cerca del 70% de los ingresos de los agricultores familiares provienen de actividades no agrícolas, lo que pone en evidencia que la agricultura ya no es el eje económico de sus hogares. A pesar de ello, se mantienen esquemas de subsidio que no diferencian entre segmentos productivos viables y no viables. La evidencia empírica muestra que las costumbres ancestrales, si bien aportan resiliencia ecológica y cohesión social, también dificultan la adopción de tecnologías modernas, reduciendo la productividad e impidiendo el cumplimiento de estándares comerciales necesarios para acceder a mercados formales.
CONVEAGRO, sostiene que estos agricultores son responsables del 70% de los alimentos frescos consumidos en el país, justificando así la continuidad de los subsidios. No obstante, los datos indican que este rol abastecedor recae principalmente en los agricultores familiares consolidados o en proceso de transición comercial, no en los segmentos de subsistencia crítica, que representan cerca del 49.3% de los productores.
Experiencias internacionales como PROSPERA en México, la reconversión rural en China y la estrategia de escalamiento productivo en Ecuador, evidencian que los subsidios solo son efectivos cuando están condicionados a procesos de inclusión económica, mejora productiva o reconversión estructural. Subsidiar eternamente a productores sin potencial de integración solo perpetúa la pobreza rural.
Esta nota propone una política diferenciada, apoyar a los agricultores viables con asistencia técnica, financiamiento y acceso a mercados y, ofrecer a los no viables, alternativas económicas fuera del agro. Se recomienda abandonar los subsidios crónicos y avanzar hacia estrategias de diversificación económica rural con base en datos, ciencia y una visión de desarrollo territorial inclusivo.
Diagnóstico nacional: Agricultura familiar peruana
a. Características estructurales de la agricultura de subsistencia
- Superficie media: Menos de 2 hectáreas.
- Uso del suelo: Predominantemente tradicional, sin mecanización ni acceso sostenido al mercado.
- Ingresos: Según Iturrioz (FAO, 2018), el 70% de los ingresos de los agricultores familiares proviene de actividades no agrícolas.
- Orientación productiva: Principalmente orientada al autoconsumo o ventas esporádicas en mercados locales y, de forma muy ocasional, en mercados regionales o nacionales.
- Uso de factores estratégicos de la producción agrícola: De acuerdo con el INEI, el 49.3% de los 2.2 millones de productores pertenecen a la agricultura familiar de subsistencia crítica, lo que implica que poseen menos de 2 hectáreas cultivadas. Según Lazo, J. 2024, este tipo de agricultura no utiliza los tres factores estratégicos de productividad agrícola: genoma (uso de semillas certificadas), nutrición vegetal (fertilización adecuada) y riego (sistemas tecnificados o eficientes).
- En la Amazonía peruana: Según Chaves y Morante (2022), de la Universidad Nacional Toribio Rodríguez de Mendoza de Amazonas, Chachapoyas, un 66.9% de las familias de agricultura familiar de subsistencia perciben ingresos anuales entre S/ 10,000 y S/ 15,000, con rendimientos de 1.5 a 2.5 t/ha en cultivos como café, arroz y cacao. Las parcelas oscilan entre 0.5 y 2 ha, con precios de venta por debajo del valor de mercado. Los autores concluyen que el nivel tecnológico, el cambio climático y la limitada extensión de cultivo explican el 96.2% de la variabilidad de ingresos.
- Riesgos y limitaciones: Las tradiciones, aunque constituyen un activo cultural, pueden convertirse en una barrera para la innovación y el acceso a mercados más dinámicos. Se identifican los siguientes aspectos negativos:
- Resistencia al cambio tecnológico: Existe desconfianza hacia prácticas modernas como la fertilización técnica, la mecanización o el uso de semillas certificadas, consideradas como “ajenas”.
- Ineficiencia en la producción: Muchas prácticas ancestrales no maximizan el rendimiento por hectárea ni optimizan el uso del agua o del suelo, afectando la rentabilidad.
- Falta de estándares de calidad comercial: Los productos cultivados mediante métodos tradicionales no suelen cumplir con requisitos de inocuidad, trazabilidad o presentación, lo que limita su inserción formal en el mercado.
- Visión cerrada del conocimiento: En algunas comunidades, el conocimiento tradicional se prioriza sobre la evidencia científica, dificultando la adopción de buenas prácticas agrícolas.
El debate: ¿Subsidiar o diversificar?
Postura de CONVEAGRO
CONVEAGRO sostiene que la agricultura familiar, en sus formas de transición o subsistencia, produce más del 70% de los alimentos frescos consumidos por los peruanos, por lo que debe continuar recibiendo subsidios estatales como mecanismo de protección social y garantía de soberanía alimentaria.
¿Qué tan cierto es este dato?
Es parcialmente cierto. Según el MIDAGRI y la FAO, la agricultura familiar produce cerca del 80% de las papas, más del 75% de los vegetales, y una proporción significativa de frutas, menestras y tubérculos. Sin embargo, la agricultura familiar no es homogénea.
Los datos indican que no toda la agricultura familiar cumple este rol abastecedor. Los segmentos más empobrecidos y desconectados del mercado, como el 49.3% de productores en subsistencia crítica, no participan activamente en el mercado. Los principales proveedores son los agricultores familiares con potencial de consolidación.
- ¿Existen casos exitosos en el mundo donde se haya subsidiado eficaz y sosteniblemente a este segmento?
No hay evidencia de que subsidiar de forma permanente al segmento de subsistencia pura conduzca al desarrollo productivo. Lo que sí ha funcionado incluye:
- México – PROSPERA / OPORTUNIDADES: Transferencias condicionadas ligadas a salud y educación, no a la producción agrícola. Se evitó la dependencia productiva. Resultado: mayor movilidad social sin necesidad de sostener unidades no viables.
- China – Reconversión rural y migración ordenada: Se identificaron pequeños agricultores no viables (<2.0 ha) y se promovió su migración hacia actividades urbanas, consolidando al mismo tiempo tierras para productores eficientes. Resultado: aumento de productividad y reducción de pobreza.
- Ecuador – Estrategia de escalamiento e inclusión: Se subsidió infraestructura común (riego, acopio) y certificaciones para pequeños productores organizados. No se otorgó subsidio crónico a unidades inviables.
Análisis Comparativo
Enfoque Ventajas Riesgos
Subsidio directo a subsistencia Apoyo inmediato, alivio de pobreza, función alimentaria Dependencia, baja productividad, exclusión de cadenas
Diversificación rural económica Mayor movilidad, inclusión social, dinamismo territorial Requiere inversión en educación y desarrollo de capacidades
Política diferenciada (dual) Eficiencia en la asignación, mayor impacto Requiere datos precisos y decisión política
Conclusión analítica sobre los subsidios
- Sí, la agricultura familiar es clave para la seguridad alimentaria nacional.
- No, todos los agricultores familiares deben recibir el mismo tratamiento.
Se requiere:
- Diferenciar según escala y vocación productiva.
- Apoyar a los agricultores viables con financiamiento, asistencia técnica y acceso a mercados.
- Ofrecer a los agricultores no viables, alternativas económicas fuera del agro.
- Evitar subsidios crónicos que perpetúan la pobreza sin resolver los problemas estructurales del sector rural.
Conclusiones
- La agricultura familiar de subsistencia en el Perú enfrenta una crisis estructural, caracterizada por bajos niveles de productividad, orientación al autoconsumo y dependencia de actividades no agrícolas para la generación de ingresos.
- Las tradiciones y prácticas ancestrales, aunque fundamentales para la resiliencia ecológica y cultural, también representan barreras significativas para la adopción de tecnologías modernas, lo que limita el acceso a mercados dinámicos y reduce la competitividad del sector.
- La actual política de subsidios generalizados resulta ineficiente y antitécnica para el segmento de agricultores no viables, perpetuando esquemas improductivos sin generar impacto sostenido en la reducción de la pobreza rural.
- Experiencias internacionales exitosas, como en México, China y Ecuador, demuestran que los subsidios deben estar condicionados a procesos de reconversión productiva, inclusión en cadenas de valor o integración socioeconómica fuera del agro.
- La agricultura familiar no es homogénea. Es necesario diferenciar entre segmentos productivos viables (con potencial de mercado) y los de subsistencia crítica, para aplicar políticas públicas diferenciadas y eficaces.
Recomendaciones
- Implementar una política de diferenciación estructural dentro del enfoque de agricultura familiar, clasificando según escala, nivel tecnológico y vocación productiva.
- Dirigir los recursos públicos hacia el fortalecimiento de los agricultores viables, mediante asistencia técnica, financiamiento, infraestructura productiva y conexión a mercados.
- Diseñar programas de diversificación económica rural orientados a brindar nuevas oportunidades fuera del agro a los productores no viables, priorizando formación, inclusión financiera y empleabilidad rural.
- Integrar el conocimiento tradicional con la ciencia moderna, mediante escuelas de campo campesinas, plataformas de co-innovación y metodologías participativas.
- Eliminar subsidios crónicos sin condiciones ni resultados medibles y sustituirlos por incentivos vinculados a resultados productivos, organizacionales o de reconversión estructural.
- Fortalecer los sistemas de información y monitoreo rural, para aplicar políticas basadas en datos, georreferenciación y evaluación de impacto territorial.
Bibliografía
- Chaves, A., & Morante, R. (2022). Determinantes del ingreso agrícola en comunidades rurales de la Amazonía peruana. Universidad Nacional Toribio Rodríguez de Mendoza de Amazonas.
- FAO. (2018). Marco conceptual de la agricultura familiar en América Latina y el Caribe. Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura. https://www.fao.org
- Iturrioz, R. (2018). Agricultura familiar y sostenibilidad: Enfoques para políticas públicas. FAO – Oficina Regional para América Latina y el Caribe.
- MIDAGRI. (2021). Boletín estadístico de agricultura familiar. Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego del Perú. https://www.gob.pe/midagri
- Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). (2022). Panorama de la seguridad alimentaria y nutricional en América Latina y el Caribe 2022. https://www.fao.org/publications
- PROSPERA (México). (2016). Evaluación de impacto del Programa PROSPERA. Secretaría de Desarrollo Social. https://www.gob.mx/sedesol
- World Bank. (2018). Policy options for agricultural transformation in rural China. https://www.worldbank.org